martes, 22 de octubre de 2013

LA POESÍA DE CANCIONERO: INFLUENCIA ITALIANA

EL RENACIMIENTO EN ITALIA
  El cambio de las estructuras económicas, propiciado por la llegada al poder de la burguesía en las ciudades-estado italianas durante el siglo XIII, es el motor que genera el cambio de mentalidad con el que se inicia el Renacimiento. Ya en el siglo XIV aparecen en Italia las primeras manifestaciones anunciadoras de una nueva etapa literaria, que tendrá su eclosión definitiva en el siglo XV.

II. 1. EL DOLCE STIL NOVO

Durante la primera mitad del siglo XIII conviven en Italia dos corrientes poéticas:

a) Por una parte, la que bebe directamente de la tradición provenzal-trovadoresca, en la que predominan las convenciones del amor cortés, que son trasunto literario del sistema feudal.

b) Por otra, la escuela siciliana, temáticamente emparentada con la anterior, pero creadora de innovaciones formales que se consagran para caracterizar todo el posterior Renacimiento europeo: el verso endecasílabo, combinado a veces con el heptasílabo, y la más fructífera combinación estrófica, el soneto. Esta corriente se extiende a la Toscana, y entre sus representantes más destacados figuran Guittone d´Arezzo y Bonagiunta Orbicciani.

Pero en la segunda mitad de siglo irrumpe una nueva corriente que tiene su foco en Bolonia y, sobre todo, en Florencia. Entre los poetas que integran esta nueva corriente poética destacan Guido Guinizzelli, Guido Calvacanti y Dante Alighieri. Su poesía, marcadamente innovadora, se conoce con el nombre de dolce stil novo, expresión extraída de un verso de la Divina Comedia de Dante.

La poesía stilnovista responde al declive del sistema feudal y a la mentalidad de la nueva clase emergente: frente a la nobleza de sangre, heredada, se proclama la importancia de la nobleza de corazón, el cor gentil, propia del hombre que alcanza valor por su propio mérito y esfuerzo, lo que se manifiesta en su manera de sentir el amor.

El amor se entiende como símbolo de la divinidad y su destinataria es la donna angelicata, mujer angelical a la que el poeta venera como medio de perfeccionamiento de su alma porque, adorándola, aspira a ganarse el cielo. Aunque a veces se refiera a una mujer real, la dama aparece idealizada en el poema, fijada con una belleza y una juventud eternas. Es patente, por tanto, el cambio en la concepción de la mujer pues, frente a la feudalización de la dama y la ocultación de su nombre en la poesía trovadoresca, en el dolce stil novo la mujer está divinizada, aunque con su nombre propio, sin el anonimato propio del amor cortés.

Formalmente, los poetas del stilnovismo contribuyen a arraigar las innovaciones de los poetas sicilianos de la primera mitad de siglo: el uso del heptasílabo y el endecasílabo y sus combinaciones estróficas, principalmente la canción, la balada y el soneto. 

DANTE ALIGHIERI: DIVINA COMEDIA





DANTE ALIGHIERI: BIOGRAFÍA

Dante Aliguieri nació en Florencia en 1265. Formó parte del grupo de poetas del dolce stil novo. En su juventud, se entregó con pasión a la creación poética, cuyo ideal espiritual y amoroso estaba centrado en la figura de Beatriz, dama a la que había conocido cuando eran aún niños y con la que se reencontró años después (Bice di Folco Portinari). De esta etapa juvenil son los poemas que después reuniría en una de sus obras capitales, Vita nuova, de clara adscripción stilnovista.
La muerte de Beatriz en 1290 sumió al poeta en una profunda crisis, que lo llevó a entregarse al estudio. A los treinta años se casó con Gemma di Manetto Donati, con la que tuvo cuatro hijos.
Dante participó activamente en la política. Perteneció a los güelfos blancos, una de las facciones que agitaron la vida política florentina de aquella época. En 1301, al triunfar el partido de los güelfos negros, se vio obligado a abandonar Florencia, por lo que vivió exiliado en diversas ciudades italianas y bajo el amparo de diferentes nobles los últimos años de su vida. Durante el exilio escribió sus obras de carácter doctrinal en latín (Convivio, De vulgari eloquentia, De monarchia) y la que, sin duda, es su obra más importante, la Divina Comedia, escrita en el dialecto italiano de la Toscana.
Jamás regresó a Florencia y murió en Rávena en 1321. 
LA DIVINA COMEDIA

El título original que Dante adjudicó a su obra fue simplemente Comedia, atendiendo al final dichoso de la obra. Fue Boccaccio quien, años más tarde, la rebautizó como Divina Comedia, y con ese nombre se publicó siempre a partir de la edición de 1555. Su redacción ocupó a Dante, como mínimo, los últimos 15 años de su vida.
La obra muestra el recorrido que el propio Dante, partiendo de una situación de vida licenciosa y turbulenta, realiza por los mundos de ultratumba para alcanzar la purificación del alma y la redención. En el Infierno y en el Purgatorio es guiado por Virgilio, por quien Dante profesaba una rendida admiración, y en el Paraíso su guía es Beatriz.
El número tres, que simboliza la Santísima Trinidad, está en la base de la composición formal de la obra:
a) Tres son las partes que la conforman: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
b) Cada parte está formada por 33 cantos (más uno introductorio en el Infierno)
c) Toda la obra está compuesta de versos endecasílabos, distribuidos en un número variable de tercetos encadenados.


El Infierno está concebido como un inmenso anfiteatro formado por nueve círculos concéntricos, por los que Dante y Virgilio descienden. En estos círculos se distribuyen los pecadores, que sufren terribles tormentos.
El Purgatorio se presenta como una montaña en forma de cono truncado, constituido por siete cornisas donde los pecadores arrepentidos expían sus culpas en espera de la salvación.
El Paraíso se halla en la cima de la montaña y está habitado por las almas de los bienaventurados que pueden gozar de la presencia divina. Dante encuentra allí a Beatriz, quien lo conduce hacia las proximidades de Dios. Dios se halla en el centro del Paraíso rodeado de coros de ángeles: la obra acaba cuando el poeta dirige su mirada hacia Él y la grandiosidad de la luz divina le desborda el pensamiento

Entre los valores formales de la Divina Comedia merecen destacarse los siguientes:
     a) Afianza el uso del endecasílabo, que será para siempre el verso por excelencia de la poesía culta.
     b) Crea la distribución de los versos en tercetos encadenados, los cuales permiten composiciones de largo aliento, solemnes y ágiles a la vez.
   c) Usa una lengua literaria llena de viveza y expresividad, en la que incluye tanto los vocablos más refinados del clasicismo latino como los términos del registro popular de la variante toscana del italiano
d) Se mezclan personajes y motivos de la tradición cristiana con otros de la tradición mitológica. 




PETRARCA: EL CANCIONERO


Francesco Petrarca nació en Arezzo en 1304. Contaba con ocho años cuando se instaló con sus padres en Avíñón (Provenza, Francia), donde por entonces residía la corte papal. En esta ciudad y en sus alrededores vivió largas temporadas durante su juventud, interrumpidas por sus estancias en Montpellier y en Bolonia para estudiar Leyes. Fue también en Aviñón donde, en 1327, conoció a Laura, de quien se enamoró instantáneamente y que sería para siempre la inspiradora de toda su poesía amorosa. Al parecer, Laura nunca aceptó de Petrarca más que un trato de cordial espiritualidad. La distancia que siempre mantuvieron no fue suficiente para apagar en el poeta el ardor amoroso; por ello recibirá con gran dolor, en 1348, la noticia de que Laura había muerto como una de las miles de víctimas de la peste que asolaba Europa desde al año anterior. En 1330 recibió órdenes menores para poder vivir del desempeño de cargos eclesiásticos, con los que disponer de cierto ocio para dedicarse a las letras.

Petrarca viajó incansablemente por Italia y por numerosas ciudades europeas. En sus viajes entabló amistad con muchas personalidades de la cultura de la época, entre ellas, la que le unió inquebrantablemente con Giovanni Boccaccio. En 1341 recibió el más alto galardón que podía esperar un poeta: fue coronado por el Senado romano como poeta excelso, distinción de la que siempre se enorgulleció. Tuvo dos hijos naturales, Giovanni y Francesca, tal vez de la misma mujer, de la que no se tienen datos.

Dedicó la mayor parte de su vida a la labor filológica de recuperar y divulgar a los clásicos latinos, así como a su propia creación literaria, la cual sometió a constante revisión. Cultivó tanto la literatura en latín como en italiano: en lengua vulgar escribió dos obras, el Cancionero y los Triunfos, un largo poema alegórico-narrativo en el que Petrarca siguió la estela de la Divina Comedia de Dante. Escrito igualmente en tercetos encadenados, el poema se divide en seis triunfos (el del amor, el pudor, la muerte, la fama, el tiempo y la eternidad). Esta organización muestra claramente el sentido transcendental del poema, planteado como un largo itinerario hacia la divinidad.

Murió en Arquá, a pocos kilómetros de Padua, en 1374.

EL CANCIONERO


Habría de ser la vena lírica de Petrarca empleada en la expresión del amor la que influyera decisivamente en toda la poesía renacentista europea, dando lugar a la corriente denominada, como no podría ser de otro modo, petrarquismo que influirá enormemente en la poesía amorosa europea posterior. En Francia, el petrarquismo es seguido por poetas como Ronsard; en Inglaterra, por Wyatt, Spencer y Shakespeare; y en España, por Garcilaso de la Vega y su escuela.
Todas sus composiciones líricas en lengua italiana las recogió Petrarca en el Cancionero, que fue ampliando a lo largo de toda su vida desde 1330 y que sometió a constantes revisiones hasta el momento mismo de su muerte, dando muestras de una gran preocupación por el legado de su obra a la posteridad. En su forma definitiva, consta de 366 composiciones, con predominio absoluto de los sonetos (317), aunque figuran también canciones y otros subgéneros líricos.

En el Cancionero influyen tres corrientes:

a) La tradición provenzal del amor cortés.
b) La poesía de la corte siciliana.
c) El dolce stil novo.

Como novedad respecto a los poemarios de los poetas trovadorescos o a los de Dante en donde las composiciones se agrupan en un libro como poemas sueltos, El Cancionero es un conjunto coherente que dota de una unidad a sus poemas pues en él Petrarca cuenta, desde su presente, su historia amorosa con Beatriz para rescatarla del olvido y eternizarla.
El tema principal es el amor y, en relación con él, todo el conjunto se divide en dos partes: En vida de Laura y En muerte de Laura. La obra aborda múltiples sutilezas y matices del sentimiento amoroso: la pasión desasosegante del amor no correspondido, el deseo de liberarse del sufrimiento provocado por la pasión, el juicio de que los años de amor infructuoso debiera haberlos dedicado a Dios, el anhelo de la contemplación divina de Laura en el cielo, etc. Aunque Laura está presente en todos los poemas amorosos, el verdadero centro de interés es el análisis pormenorizado de los sentimientos que ella inspira en el poeta.

En el estilo hay que destacar los siguientes rasgos:

a) El uso de un lenguaje sencillo y a la vez exquisito, con una depurada selección léxica en busca del refinamiento y la elegancia, habría de marcar el devenir de la lengua poética de los siglos posteriores.
b) El empleo de figuras retóricas como el oxímoron, la metáfora, la antítesis o la paradoja que contribuyen a sugerir matices muy variados del sentimiento.

PETRARCA:
Paz no encuentro, y no tengo armas de guerra;
temo y espero; ardiendo estoy, estoy helado; 
vuelo hasta el cielo, pero yazgo en tierra;
no estrecho nada, al mundo así abrazado.

Quien me aprisiona no me abre ni cierra,
por suyo no me da, ni me ha soltado;
y no me mata Amor ni me deshierra,
ni quiere verme vivo ni acabado.

Sin lengua ni ojos veo y voy gritando;
auxilio pido, y en morir me empeño;
me odio a mí mismo, y alguien me enamora.

Me nutro de dolor, río llorando;
muerte y vida de igual modo desdeño:
en este estado me tenéis, señora.

LOPE DE VEGA:

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo, 5
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave, 10
olvidar el provecho, amar el daño,

creer que el cielo en un infierno cabe;
dar la vida y el alma a un desengaño:
esto es amor, quien lo probó lo sabe.
PETRARCA:

¿Dónde cogió el Amor, o de qué vena,
el oro fino de tu trenza hermosa?
¿En qué espinas halló la tierna rosa
del rostro, o en qué prados la azucena?

¿Dónde las blancas perlas con que enfrena
la voz suave, honesta y amorosa?
¿Dónde la frente bella y espaciosa,
más que el primer albor pura y serena?

¿De cuál esfera en la celeste cumbre
eligió el dulce canto, que destila
al pecho ansioso regalada calma?

Y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre
de aquellos ojos, que la paz tranquila
para siempre arrojaron de mi alma?

GARCILASO DE LA VEGA:

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena 5
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado 10
cubra de nieve la hermosa cumbre;

marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.


GÓNGORA:
Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello. 5
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello:

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada 10
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.


PETRARCA

Apolo, si el deseo ha perdurado
que te inflamaba en la tesalia onda,
y si la amada cabellera blonda,
tras tantos años, no la has olvidado,

del perezoso hielo y tiempo airado,
que durará mientras tu faz se esconda,
defiende a la honorable y sacra fronda
en que, después de tú, yo me he enredado;

y por virtud de la esperanza amante
que te hizo soportar la vida acerba,
bórrale al aire los nubosos trazos;

y admirados veremos al instante
a nuestra dama estar sobre la hierba
y hacerse sombra con sus propios brazos.

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